Josmar armó la “bomba” ante la vista de todos.
Al mediodía fue presentado en la rejilla de prácticas del juzgado cuarto de distrito de Procesos Penales Federales, donde el fallido aeropirata aseguró no padecer esquizofrenia ni otro trastorno mental, e insistió que no pretendía dañar a nadie.
Las 7 profecias Mayas en las que se baso Josmar.
Con férrea vigilancia de seis custodios, quienes no se despegaron del pastor boliviano, Josmar Flores Pereyra, narró ante un juzgado federal cómo con calcetines y tres latas confeccionó la supuesta bomba con la que puso en alerta a los cuerpos de seguridad nacional, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Al mediodía fue presentado en la rejilla de prácticas del juzgado cuarto de distrito de Procesos Penales Federales, donde el fallido aeropirata aseguró no padecer esquizofrenia ni otro trastorno mental, e insistió que no pretendía dañar a nadie.
En la audiencia de declaración preparatoria, Flores Pereyra conoció las acusaciones en su contra: sabotaje, privación ilegal de la libertad y ataques a las vías generales de comunicación, las cuales fueron configuradas con las declaraciones de pilotos y sobrecargos.
Después de la audiencia, la juez cuarto de distrito, Taissia Cruz Parcero, tendrá 72 horas para definir si dicta o no formal prisión al acusado, quien no gozará de libertad bajo fianza, por afrontar cargos considerados graves por la justicia penal.
Tras pasar sus primeras 24 horas en el Reclusorio Oriente, el pastor boliviano dijo que nadie le pagó por lo que hizo y su intención era alertar de una catástrofe en México, más que secuestrar la aeronave, la tripulación y los pasajeros del avión en el que viajó de Cancún al DF.
El pastor boliviano y quien mantuvo secuestrados a 104 pasajeros y los seis miembros de la tripulación del avión de Aeroméxico, simulando llevar una bomba en su equipaje, indicó que este artefacto lo confeccionó en la sala de espera del aeropuerto de Cancún, donde —reveló— no había vigilancia.
Con calma, dio a conocer que las piezas para armar la supuesta bomba las pasó por separado para que no fueran detectadas en el arco de rayos X de la terminal aérea de Cancún, por lo que una vez que llegó a la sala de espera comenzó a confeccionar el artefacto a la vista de todos.
Cómo no aparentaba peligro —agregó— la gente pasaba sin mostrar sorpresa o preocupación. Cuando concluyó el ensamblaje de las tres latas, calcetines y cinta adhesiva, metió el artefacto en una caja que luego colocó en el guardaequipajes a bordo del avión.
domingo, 13 de septiembre de 2009
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