viernes, 16 de octubre de 2009

¿Qué van a negociar?

La propuesta de intermediación de Marcelo Ebrard prosperó: su gobierno ya se coló en la mesa de negociación entre el Sindicato Mexicano de Electricistas y el gobierno federal. Pero Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, ha hecho saber sutilmente que no se sienten cómodos. Su escueto boletín de anoche ignora a Ebrard y dice, claramente: 1. Estaba contemplado en el decreto establecer una mesa; 2. La mesa es en las oficinas de la secretaría, con las condiciones establecidas por esta oficina. Pero, más allá de Marcelo y de que Gobernación está debilitando la mesa de diálogo, honestamente, ¿qué van a negociar? ¿Hay algo negociable? El SME sólo aceptará que le devuelvan Luz y Fuerza del Centro; no van por liquidaciones más altas. Y en Los Pinos NO le devolverán la empresa a una fuerza política que es enemiga cantada de Felipe Calderón. ¿A poco alguien cree que el gobierno federal cederá? Anoche mismo empezaron a moverse cosas. A Gobernación llegó el presidente de la Comisión de Energía del Senado, Francisco Labastida (PRI), Rubén Camarillo (PAN) y Graco Ramírez (PRD). Estuvieron una hora con Gómez Mont. Aunque los legisladores hicieron un pacto de silencio, nos cuentan que es probable que se sumen a la mesa de diálogo con el SME. Más gente, pues. No sólo Ebrard. Pero hoy baja más la bruma y nos enteramos de más cosas. Que quede claro: “negociar” para Gobernación, no incluye el verbo “ceder”.

Ya en la mesa, nos dicen, lo primero que el SME pedirá es que se detengan las liquidaciones y recontrataciones. Los dirigentes son conscientes de que el gobierno federal puede aceptar una mesa de diálogo sólo para ganar tiempo; para minar al sindicato atrayendo trabajadores a su causa a punta de cañonazos de dinero. La multitudinaria marcha de ayer ha permitido a los movilizados avanzar, mover las mojoneras. Sienten que pueden exigir que la Secretaría del Trabajo suspenda los ofrecimientos de “jugosas liquidaciones y recontratación” para los que acudan ahora. También creen que el gobierno cederá a su petición de que salga la policía de las instalaciones de LyFC. Ajá. Simplemente no pasará. La negociación, así, nace abortada.

Sorprendente, de verdad. Entre las 6 y 7 de la tarde, varios medios se atrevieron a decir que se trataba de una marcha de apenas 20 mil, 30 mil individuos. El zócalo de la Ciudad de México ya estaba a reventar a las 7, y la cola del contingente todavía no pasaba Reforma e Insurgentes, pero “los electricistas no juntaron los que esperaban”, difundieron varios medios electrónicos. Las movilizaciones del sindicato de electricistas pueden estar o no justificadas. Lo que no se puede hacer, es desaparecer de las calles a más de 100 mil personas con un twitter, perdón, con un dedo.

Apunte final: Los que marcharon ayer son los mismos que votaron por el PRD en 2006. Pero viajar a Tabasco era, para Jesús Ortega, mucho más importante. Allá amaneció.

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