lunes, 5 de octubre de 2009

Queremos la verdad: padres de Marco Iván Soto


A un mes del multihomicidio, los padres de Marco Iván Soto Vidal, acusado de planear el crimen dan su versión.

I

El hogar de la familia Soto Vidal en la privada Tucanes número 31 está abandonado desde hace ya un mes. Un mes exacto desde el brutal asesinato de la familia Fuentes Arguelles. Es una hermosa casa estilo californiano, de tres niveles, con techos a dos aguas, un amplio hall y alberca. Es casi impensable que sólo a unos metros, hace unos cuantos días, haya ocurrido un hecho tan atroz que cimbró a la sociedad tabasqueña.

“Nosotros nos enteramos de este suceso lamentable el sábado 6 de septiembre. Prácticamente no sabíamos nada, nos enteramos porque vimos a la policía entrar a la privada. Una noche antes...fue una noche normal como cualquier otra para nosotros. Nuestra vida ha sido tranquila, de hogar...sin alteraciones. Los fines de semana nos vamos al cine, a fiestas...en fin. Como cualquier otro viernes llegamos a casa, mi hijo llega de la escuela normalmente a las seis y media. Como a las siete de la noche nos encontrábamos en el jardín de la privada, mis hijos, mi esposa y yo... ese viernes nos despedimos como cualquier otro día, y nos fuimos a dormir.

--“Marco Iván llegó a las seis y media de la escuela...

--¿Marco Iván tenía horario de llegada?
--“Normalmente nos avisa...si no estoy yo, está la mamá, que es con quien tiene un poquito más de confianza...mi esposa es la que me comunica si lo invitaron a algún lado, si va a tardar...tratamos de estar siempre enterados”.

--¿Conocen ustedes a las amistades de Marco Iván? ¿Sabe con quién se junta en la escuela, quienes son sus amigos?
--“Lo normal, tenía amigos, compañeros de la escuela que llegaban a la casa...él estuvo desde chiquito en el Cendi Cielito, posteriormente se fue al colegio Paidos, en las escuelitas él ha ido haciendo amistades, pero cuando uno cambia de escuela se dejan de frecuentar a los amigos...luego mi hijo se va al colegio Tabasco, de allí los pasamos al colegio México... ¿por qué los cambios de escuela? Yo quería que se fuera relacionando poco a poco”.

--¿Alguna vez su hijo tuvo algún tipo de relación con Ricardo Hernández, el vigilante de la Privada Tucanes?
--“No... el vigilante siempre fue el vigilante. Amistad…no, no tuvo con él. Lo saludábamos al entrar porque el respeto siempre es el respeto. Buenas tardes, buenos días joven…y es todo.

--¿Qué hay de Julio César Moreno, el otro implicado?
--“Julio iba en el colegio, en el plantel I, pero él iba en el quinto semestre, y eso lo sabemos porque la directora del plantel nos lo comentó. Nunca lo había yo visto, hasta el día del primer careo.

--¿Escucharon algo la noche en que ocurrió el crimen?
--“No. Nada en lo absoluto. Al otro día, que fue sábado, mi hijo se fue al gimnasio propiedad de un vecino de nosotros, está aquí por la Deportiva. Marco Iván se fue como a las siete de la mañana y regresó a las ocho y media. En ese momento nosotros no sabíamos absolutamente nada, no había ningún alboroto todavía. Salimos a cortar el pasto, a limpiar la alberca…

--¿En qué momento se enteran que sus vecinos habían sido asesinados?
--“Estábamos aquí en la casa, junto a la alberca. Empezó a haber mucho alboroto. Entonces le digo yo a mi esposa: hay mucho movimiento allá afuera, a ver asómate. Y entonces mi mujer se asoma y me dice que hay muchos policías. Se acerca un señor vestido de civil y nos pregunta: ¿Oiga, no escucharon ustedes absolutamente nada? Mi esposa le responde que no, y le pregunta que por qué.

Porque acaban de matar a toda la familia de Pepe Fuentes, fue la respuesta.

II

Paréntesis. Una semana antes de la entrevista, los Soto Vidal, padres de Marco Iván Soto Vidal, coacusado por el asesinato de la familia Fuentes Arguelles junto con Ricardo Hernández y Julio Cesar Moreno, se presentan en la Redacción del diario. Quieren saber a cerca de la procedencia del video que circuló ampliamente en Internet, por medio de correos electrónicos, en el que aparece su hijo respondiendo preguntas frente a la cámara de un teléfono celular, en la mesa de guardia de la policía Ministerial. El texto que acompañaba el video decía que Marco Iván había sido llevado allí por su propio padre, debido al robo de unas joyas familiares. Aclaración: ese robo nunca existió, estaban allí a consecuencia de un accidente de tránsito ocurrido casi dos meses antes del magnicidio. A Marco Iván lo filma un policía que, según don Jesús, ya está demandado por el abuso. El por qué aquel policía conservó el video tanto tiempo y con qué fin lo reveló, permanece hasta ahora en el misterio.

“Queremos que publiquen la verdad”

La pareja Soto Vidal viene a mostrar una cara de Marco Iván que hasta ahora no ha aparecido en los medios. Entonces las fotos y los documentos brotan a borbotones sobre la mesa. El cumpleaños feliz, el campamento en Canadá, las certificaciones de artes marciales. Las cartas de buena conducta. Cinco días después, durante la entrevista realizada en la casa de la privada Tucanes número 31 se repite la historia: la vida de Maco Iván Soto documentada por los progenitores con rigor de historiadores, ordenadas en folders y con sus respectivas fotocopias. Después de eso no queda mucho del “Chelo Satán” mediático ni tampoco del “autor intelectual” que exhibió la Procuraduría. Hay cartulinas y dibujos infantiles que don Jesús Sergio Soto Alvarez y su esposa no pueden mostrar sin que se les arrasen los ojos. Hechas a mano, de puño y letra del niño que hoy en día duerme custodiado por policías día y noche en los separos del tutelar, acusado de planear un multihomicidio. “Bienvenido a casa, papá” dicen.

III

--“Cuando supimos del asesinato, mi hija se pone a llorar. Mi esposa también. Salimos de la casa y lloramos juntos al ver a tantos policías, tanto caos. Nos consternó la noticia”.

--¿Cual fue la reacción de Marco Iván cuando se enteró del crimen?
--“Su reacción fue como la mía y la de mi esposa… de total incredulidad. No lo creíamos, vivimos al lado…pensamos, ¿por qué a ellos? ¿Será que no se equivocaron y venían por nosotros? Nos preguntábamos muchas cosas…tan cerquita que estuvimos que no lo podíamos entender”.

--¿Se han preguntado por qué a su hijo, por qué a ustedes?
--“Eso es lo que queremos saber. Queremos la verdad”

IV

“Nos detuvieron el sábado como a las nueve de la noche. Fue adentro de la casa, nos sacaron a mí y a mi hijo. Llegó la policía, estaban vestidos de civiles. Uno de ellos se identificó conmigo y me dijo que si yo era el papá de Marco Iván y yo le dije que sí. Me dice: Oiga, y ¿no le podrá llamar tantito por favor? Y yo le digo: si, con gusto, permítame tantito. Y yo lo invito a pasar.

--¿En ese momento no se imaginó que venían a detener a su hijo? ¿No se le ocurrió preguntarle para qué quería verlo?
--“No, adelante, les dije que pasaran. En ese momento entra también uno de mis vecinos. Cuando baja mi hijo, le dicen que si puede identificar a unas personas que traen en un vehículo. Y yo le dije: ¿por qué mejor no los pasa? Me dice, no, mejor chéquenlos por favor…allí empezó a hablar en plural…entonces le pregunto que cuál era el motivo, y me responde: pues el motivo es que nos los vamos a llevar, y allí nos suben a golpes a una camioneta Pick up roja, mi vecino se asusta y se va, y a nosotros nos llevan a la Procuraduría. A mí me dijo uno de los comandantes: te tenemos filmado a ti y a tu hijo violando a la señora (Lilián Arguelles). Le respondí: ¿a sí? Pues entonces me vas a sostener lo que me estás diciendo a donde vayamos…llegamos a las diez de la noche a la Procuraduría”.

Y allí comenzó la pesadilla y el calvario de una familia.

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